Trampas de graves: qué son, cómo funcionan y tipos según la acústica
1. Introducción
Las trampas de graves son uno de los elementos más importantes dentro de una estrategia de tratamiento acústico bien diseñada. Se utilizan para reducir fenómenos como la acumulación modal, las ondas estacionarias o el exceso de presión sonora en ciertas zonas. Son esenciales no solo para que una sala suene “mejor”, sino para que ofrezca una reproducción fiel del contenido sonoro.
El tratamiento acústico de una sala no comienza con la elección de difusores ni termina con la colocación de paneles absorbentes de espuma. En realidad, comienza mucho antes: con el análisis del comportamiento de las frecuencias graves. Las bajas frecuencias —debido a su longitud de onda, comportamiento energético y forma de interacción con los límites físicos de una sala— son responsables de la mayoría de los problemas que afectan la precisión de un entorno de escucha, como estudios de grabación, salas de mezcla o home studios.
2. ¿Qué son las trampas de graves?
Una trampa de graves es un dispositivo acústico diseñado específicamente para absorber energía en el rango de frecuencias bajas, que suele situarse entre los 20 Hz y los 300 Hz, dependiendo del caso. A diferencia de los absorbentes convencionales, que funcionan bien en frecuencias medias y altas (gracias a que las ondas tienen longitudes más pequeñas), las trampas de graves deben enfrentarse al reto físico de disipar longitudes de onda mucho mayores —por ejemplo, una onda de 60 Hz mide casi 5,7 metros.
Este tipo de energía tiende a acumularse en ciertos puntos de la sala (como esquinas, bordes entre paredes, o zonas cercanas a superficies rígidas) debido a fenómenos de resonancia conocidos como modos propios o modos modales. Las trampas de graves tienen como propósito:
- Reducir la presión sonora excesiva en ciertas frecuencias (sobre todo entre 40 y 150 Hz).
- Minimizar los tiempos de reverberación en graves, que pueden oscurecer o enmascarar el contenido de medios y agudos.
- Eliminar el efecto de ondas estacionarias que crean puntos “calientes” (boosts) o “muertos” (cancelaciones) en la sala.
- Favorecer una respuesta en frecuencia más equilibrada y una imagen estéreo más coherente.
Las trampas de graves, por tanto, son herramientas tanto físicas como perceptuales: actúan sobre el aire y las paredes, pero su impacto es netamente audible en la precisión de cualquier mezcla o escucha crítica.
3. Principios físicos del funcionamiento
Las trampas de graves no son simples bloques de material absorbente. Su diseño y funcionamiento obedecen a principios físicos precisos, relacionados con la dinámica del sonido, la impedancia acústica, la resonancia mecánica y la termodinámica. A continuación, exploramos con profundidad los mecanismos fundamentales por los cuales una trampa de graves logra disipar energía acústica de bajas frecuencias:
3.1. Absorción por fricción viscosa (materiales porosos)
El primer principio, y el más utilizado en trampas porosas, es la fricción viscosa del aire al atravesar materiales de estructura abierta como fibra de vidrio, lana de roca o espumas de celda abierta. Este fenómeno se basa en lo siguiente:
Cuando una onda sonora se propaga en el aire, implica oscilaciones alternadas de presión y movimiento de las moléculas del fluido. Si este flujo de aire atraviesa un medio con estructura filamentosa (como una manta de lana mineral), las moléculas de aire encuentran resistencia al movimiento: se frotan contra los filamentos, pierden velocidad y parte de su energía cinética se transforma en calor a nivel microscópico.

Este proceso es altamente eficiente en medios y agudos, donde las partículas de aire oscilan a mayor velocidad y sobre trayectos más cortos. Sin embargo, en frecuencias graves (cuyas ondas tienen longitudes superiores a los 2–3 metros), el nivel de compresión y rarefacción es mucho más lento y amplio. Por eso, para que el aire interactúe lo suficiente con el material poroso, se requiere una gran cantidad de masa absorbente y profundidad física.
Ejemplo técnico: para absorber adecuadamente una frecuencia de 80 Hz (longitud de onda ≈ 4,3 m), una trampa porosa debería tener al menos un espesor equivalente a 1/4 de la longitud de onda, es decir, más de 1 metro. En la práctica, esto se reduce usando configuraciones de esquina o distanciando el panel de la pared, donde la presión sonora es máxima.
Ventajas y límites:
- Son de banda ancha: actúan desde graves hasta medios-agudos.
- No necesitan calibración fina.
- Ocupan mucho espacio para ser eficaces en graves profundos.
- Funcionan mejor en esquinas, donde la presión sonora es máxima.
3.2. Resonancia mecánica (membranas o paneles vibrantes)
El segundo principio es el de resonancia mecánica controlada, aplicado en las trampas de membrana o paneles resonantes. Este tipo de trampa incluye una superficie delgada y rígida (como un panel de madera contrachapada, una lámina plástica o una placa metálica) montada sobre una cavidad de aire. Cuando una onda sonora golpea este panel, se induce una vibración que está sintonizada a una frecuencia específica.
La energía de la onda se convierte en movimiento de la membrana. Este movimiento —una especie de pistón acústico— hace que el aire en la cavidad tras el panel se comprima y expanda. Esta energía se disipa por rozamiento interno y por pérdida por histéresis del propio panel.

Frecuencia de resonancia: se calcula en función de la masa del panel y de la profundidad de la cavidad. Cuanto más pesada la membrana y más profunda la cámara de aire, más baja es la frecuencia a la que responde la trampa.
Este tipo de trampa es muy útil para abordar picos modales precisos, como una resonancia a 63 Hz provocada por la distancia entre dos paredes. Aunque son trampas “de banda estrecha”, su eficacia en el pico modal puede ser superior a la de una trampa porosa convencional.
Diseño práctico: los estudios de mastering a menudo emplean trampas de membrana empotradas en las paredes, diseñadas específicamente para los modos modales detectados por mediciones.
Consideraciones:
- Ideal para frecuencias específicas.
- No ocupan tanto volumen.
- Más complejas de diseñar y sintonizar.
- Pueden complementarse con material absorbente dentro de la cavidad para ampliar su banda efectiva.
3.3. Resonancia de cavidad (trampas de Helmholtz)
El tercer principio es la resonancia de cavidad, basado en el efecto conocido como resonador de Helmholtz. Este tipo de trampa se comporta como una botella: cuando una onda sonora con la frecuencia adecuada incide sobre una cavidad cerrada con un cuello estrecho, el aire dentro del cuello vibra como un émbolo, acoplado con la masa de aire de la cavidad. Esta vibración resuena a una frecuencia específica, y parte de esa energía se transforma en calor.
La eficiencia de una trampa de Helmholtz es máxima en una frecuencia muy concreta, por lo que su uso está justificado cuando se han identificado picos muy definidos en la respuesta en frecuencia.

Diseño detallado: se pueden construir como cavidades empotradas con perforaciones frontales (similar a paneles perforados), o como cajas individuales sintonizadas a una frecuencia modal específica. El control del volumen interno, del tamaño del orificio y del espesor del cuello permite afinar su comportamiento.
Aplicación: muchas salas de mezcla de alto nivel utilizan múltiples resonadores de Helmholtz, afinados a diferentes frecuencias, embebidos en el techo o tras paredes porosas.
Características:
- Alta precisión para frecuencias dominantes.
- Difíciles de construir y calibrar sin software y medición acústica.
- Sensibles a errores en volumen, diámetro del puerto o fugas.
4. Tipos de trampas de graves
El diseño de una trampa de graves depende directamente del rango de frecuencias objetivo, de las características físicas de la sala y del espacio disponible. A continuación, se describen los tipos más utilizados en entornos profesionales, incluyendo variantes híbridas:
4.1. Trampas porosas de esquina (bass traps de espuma o fibra)
Este tipo de trampa, también llamada superchunk trap o panel en esquina, es el más popular en estudios caseros y home studios por su bajo coste y facilidad de instalación. Se construyen con bloques triangulares de espuma acústica o fibra mineral, dispuestos en las esquinas donde se acumulan las ondas estacionarias de baja frecuencia.

Funcionamiento: al colocar estos materiales en esquinas (donde la presión acústica es mayor y la velocidad del aire es mínima), se incrementa su eficiencia. Aunque no actúan tan profundamente como un resonador, son eficaces en un amplio rango entre los 80 y 400 Hz si tienen suficiente masa y espesor.
Recomendaciones:
- Usar fibra de vidrio de alta densidad (48–96 kg/m³) mejora la absorción.
- Se puede colocar una tela porosa para evitar la dispersión de partículas y mejorar la estética.
4.2. Trampas de membrana (paneles resonantes)
Estas trampas emplean una superficie vibrante (membrana) montada sobre una cámara sellada parcialmente o totalmente, como se explicó en el Capítulo 3. Su diseño requiere un balance entre masa y volumen de aire interior.
Ejemplo típico: un panel de MDF de 6 mm montado sobre un marco de 20 cm de profundidad, con lana mineral dentro de la cavidad. Puede sintonizarse para actuar sobre una frecuencia modal específica de 50–100 Hz.
Ventajas:
- Muy efectivas en frecuencias difíciles de absorber.
- Menor volumen que las trampas porosas profundas.
- Su respuesta puede hacerse más ancha incorporando absorción interna.
4.3. Trampas de Helmholtz
Como se detalló anteriormente, los resonadores de Helmholtz son cavidades cerradas con un puerto de entrada, como una botella. Su sintonía fina los convierte en ideales para picos modales muy específicos.
Aplicaciones reales:
- Algunos estudios de masterización como Sterling Sound han incorporado líneas de resonadores de Helmholtz diseñados a medida para tratar modos dominantes entre 60 y 90 Hz.
- Arquitectos acústicos como Tom Hidley o John Storyk han usado combinaciones de resonadores distribuidos como parte del diseño arquitectónico.
4.4. Trampas híbridas (membrana + porosa)
Se pueden combinar membranas con material absorbente poroso detrás. Así, se obtiene una respuesta más amplia sin perder la selectividad en los graves. Son comunes en estudios modernos que buscan equilibrio entre eficiencia acústica y diseño visual.
Glosario técnico de trampas de graves
Término | Definición |
---|---|
Trampa de graves | Dispositivo diseñado para absorber energía acústica en frecuencias bajas (normalmente por debajo de 250 Hz), reduciendo resonancias y modos estacionarios en una sala. |
Modo modal | Frecuencia en la que una onda estacionaria se establece entre superficies paralelas de una sala. Se clasifican como axiales, tangenciales u oblicuos. |
Resonancia | Fenómeno en el que un sistema responde con gran amplitud a una frecuencia específica. En acústica de salas, es indeseada porque refuerza ciertas frecuencias. |
Membrana | Elemento vibrante que reacciona al impacto de ondas de presión, usado para absorber frecuencias específicas en trampas resonantes. |
Helmholtz (resonador de) | Cavidad con una abertura o cuello que resuena a una frecuencia concreta, según su volumen y geometría. Utilizado como trampa sintonizada. |
Absorción porosa | Mecanismo mediante el cual los materiales como lana de roca o espuma disipan energía sonora por fricción y conversión a calor. |
Densidad (acústica) | Masa por volumen de un material absorbente. Afecta su capacidad para absorber bajas frecuencias. Se mide en kg/m³. |
Coeficiente de absorción (α) | Medida de la eficacia de un material para absorber sonido en una frecuencia específica. 1.0 indica absorción total. |
Frecuencia de sintonía | Frecuencia central a la que una trampa resonante es más eficaz. |
Q (factor de calidad) | Define la selectividad de una trampa resonante: cuanto más alto el Q, más estrecha la banda de absorción. |
Tri-trap | Trampa instalada en la intersección entre tres planos (pared-pared-techo o pared-pared-suelo). Son ubicaciones ideales por la alta presión modal. |
Porosidad | Propiedad de los materiales que indica su capacidad para dejar pasar aire y, por tanto, absorber sonido. |
5. Ingeniería acústica detrás del desarrollo
Varios ingenieros y diseñadores acústicos han contribuido al desarrollo, medición y normalización de trampas de graves. Entre los más influyentes encontramos:
5.1. Leo L. Beranek
Físico y pionero en acústica arquitectónica. Sus estudios sobre salas de concierto sentaron las bases para entender el comportamiento modal en volúmenes cerrados.
5.2. Harry F. Olson
Ingeniero de RCA Laboratories, Olson fue uno de los primeros en estudiar la interacción entre ondas estacionarias y cavidades resonantes. Sus diagramas de presión y comportamiento direccional fueron base para el diseño de sistemas pasivos.
5.3. Trevor Cox y Peter D’Antonio
Autores de Acoustic Absorbers and Diffusers, su trabajo combina ciencia acústica con implementación arquitectónica. D’Antonio fundó RPG Diffusor Systems y promovió el uso de dispositivos de membrana y Helmholtz para estudios profesionales.
5.4. Tom Hidley
Diseñador de estudios de grabación (Westlake Audio), fue uno de los primeros en integrar trampas de graves empotradas con diseño predictivo basado en cálculos de modos axiales y tangenciales. Su enfoque sigue vigente en estudios como Ocean Way o Abbey Road.
5.5. Floyd Toole
Aportó el concepto de “salas neutras” para evaluación de altavoces. Aunque su foco es la reproducción en salas domésticas, su influencia en cómo percibimos la respuesta en frecuencia de una sala es fundamental.
6. Diseño y construcción práctica
Diseñar una trampa de graves eficaz requiere conocer la respuesta modal de la sala. Esto se puede calcular teóricamente con la fórmula:

Donde:
- f es la frecuencia modal,
- c es la velocidad del sonido (~343 m/s),
- Lx,Ly,Lz son las dimensiones de la sala,
- nx,ny,nz son números enteros (1, 2, 3…) que indican el modo axial, tangencial o oblicuo.
Con estos datos, se puede:
- Identificar las frecuencias críticas.
- Determinar el tipo de trampa más adecuado.
- Construir trampas específicas con materiales adecuados.
Ejemplo real:
En una sala de 4 × 3 × 2,5 m, los modos axiales dominantes estarán alrededor de:
- 43 Hz (eje largo),
- 57 Hz (eje medio),
- 69 Hz (altura).
Una trampa de membrana sintonizada a 57 Hz y una trampa porosa de 40 cm de grosor en esquinas serán estrategias efectivas.
7. Aplicaciones y ubicación en estudios
Las trampas de graves deben colocarse estratégicamente en puntos donde la energía de las bajas frecuencias se acumula:
- Esquinas tridimensionales (tri-traps): donde se cruzan dos paredes y el techo o suelo.
- Líneas de unión pared-techo o pared-suelo.
- Detrás de monitores: especialmente si están cerca de una pared trasera.
- Paneles ocultos en paredes o techos suspendidos.
En estudios de mezcla o mastering, muchas veces se integran en el diseño estructural, ocultas tras telas acústicamente transparentes.

DAWs con entornos calibrados (ej.: Dolby Atmos): requieren control exhaustivo de los modos en 3D, usando combinaciones de trampas de membrana empotradas y resonadores dispersos.
8. Conclusiones
Las trampas de graves son mucho más que bloques de espuma o materiales aislantes. Su diseño está profundamente enraizado en la física de ondas, la dinámica de fluidos, la resonancia mecánica y la experiencia acumulada de décadas de diseño de salas.
Una sala con excelente control en graves permite que las decisiones de mezcla y masterización sean más precisas, reproducibles y traductibles. Comprender cómo funcionan y qué tipo se ajusta mejor a tu sala puede marcar la diferencia entre una mezcla “confusa” y una producción sonora clara, balanceada y profesional.
Gracias por tu lectura
RF